sábado, 21 de marzo de 2009

Rieles oxidados, pasto alto, chicos jugando y un atardecer en mi pueblo, van marcando mi despedida, algo que viene retrasando pero que hoy llego, la despedida algo que uno siempre odia, pero tiene que vivir.
El rito comienza con la típica comida en familia, siempre bajo la sombra de algún paraiso o de alguna mora, esa misma mora con la cual uno jugo la mayoría de las tardes de vacaciones. Esa comida que se uno siempre quiere hacer eterna, y evitar que esa abuela o madre, que nos preparo las delicias, llore sabiendo que su nieto o su hijo se van, para luego volver, y comenzar ese ritual una vez mas...

lunes, 2 de marzo de 2009

De a poco va llegando la noche a la casa, sin quererlo va ocupando un lugar en el patio, que de a poquito pierde esa postal del atardecer soñado, la noche pasea por mi casa, y de pronto llega al final del recorrido al encontrase con mi cuarto, y así como así después de visitar cada rincón de mi hogar, durante largas horas, así como si nada se esfuma, dándole lugar al tibio amanecer, y con el de nuevo la rutina, porque comienza un nuevo día.

Reproductor